“Un día, después de varios años de dedicación exclusiva a la maternidad, busqué trabajo en Lima, embarazada de mi hija Gabriela. De nada valieron mis títulos universitarios, embarazada no me podían contratar. Creo que por primera vez sentí una furia terrible y me di cuenta de que tenía menores posibilidades de trabajar, en este caso, por el embarazo. Siento que, de pronto, salí de una burbuja y comencé a ver otras injusticias. Les puse atención a las mujeres, hablé más con ellas y reinterpreté mi vida, la de mis compañeras de lucha, la de las mujeres de mi familia. Poco después, mi vida se convirtió en una batalla campal para escapar al matrimonio (grave equivocación de adolescencia) y para proteger mi maternidad”.
Así, desde la crudeza de la experiencia pero también desde la liberación y la alegría de ser mujer se construye una feminista. Gladys Acosta lleva cuatro décadas trabajando para que se haga justicia con nosotras. Como abogada activista, de esas que quieren cambiar sobre todo la vida cotidiana, y hoy también a nombre del Perú, como Experta en el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en la ONU, Gladys se reúne, entabla diálogos con los representantes, escucha a la sociedad civil y contribuye en elaborar recomendaciones específicas para cada país.
Cuando escucho que la ONU va a decir algo pongo cara de Mafalda. Las guerras, el machismo, todo sigue igual…
La ONU es el organismo más avanzado del multilateralismo y hay que defenderlo. El mundo sería mucho peor sin la ONU. Tiene muchas imperfecciones, pero hay que apostar a seguir construyendo un diálogo político de alto nivel para negociar en medio de los conflictos internacionales, aunque pienso, como mucha gente, que mejor sería prevenirlos. Tienes razón en ser como Mafalda, las reglas del diálogo entre Estados son muy estrictas y eso demora las decisiones, mientras tanto mucha gente muere y sufre. Pero, nunca en la historia hemos tenido un sistema internacional de protección de los derechos humanos como el actual. Hay que proteger este Sistema porque veo una peligrosa tendencia a debilitarlo en su capacidad de poner límites a los poderes estatales.
¿Estás siguiendo el debate sobre la despenalización del aborto en el Congreso? ¿Qué pasa por tu cabeza cuando escuchas los argumentos de congresistas que se parecen tanto a los de los arzobispos?
Estoy indignada al escuchar opiniones de congresistas tan irrespetuosos con las mujeres. En julio del 2014, el Comité de la CEDAW, en las Observaciones Finales, le planteó al Perú una seria preocupación sobre la agenda legislativa por tener tipificado el aborto como delito en casos de violación o incesto. Inclusive señaló que Perú tenía una interpretación muy restrictiva del aborto terapéutico. Es muy grave que haya congresistas, como Eguren y otros, que desconozcan las obligaciones internacionales del Perú, que también incluyen al Congreso. Es como vivir a espaldas del orden civilizatorio. Me parece además que son personas deshumanizadas, motivadas por ideologías religiosas invasoras del fuero civil del Estado.
En ese mismo debate, una señora ecuatoriana, Amparo Medina, invitada por la Comisión de Justicia, ha acusado a la ONU y el FPNU de imponer el aborto en nuestros países. ¿Cuál es tu descargo frente a estas serias acusaciones de alguien que dice haber sido parte de este organismo?
No conozco a esa señora, pero su discurso parece “comprado” por una transnacional religiosa que hace política en América Latina, porque se repite en distintos países de nuestra región. Está construido para engañar y confundir a personas desinformadas, usando un libreto de exaltación religiosa totalmente exagerado, construido para ser difundido en medios de comunicación masiva. Esa persona no tiene escrúpulos ni principios éticos.
La misma persona habló de “una agenda transnacional” y del aborto como herramienta “imperialista financiada internacionalmente”.
La ONU siempre ha afirmado que el aborto nunca debe ser considerado un método de planificación familiar. Lo importante es evitar que los abortos inseguros afecten la vida y salud de las mujeres. Pero, sobre todo, la ONU dice que los cambios legales con relación al aborto sólo pueden darse en el marco de procesos legislativos nacionales.
Las violaciones perpetradas durante el conflicto interno serán juzgadas como delitos de lesa humanidad. Pero estamos muy lejos aún de acabar con la impunidad. El caso de las esterilizaciones forzadas durante el gobierno de Fujimori aún está abierto, por ejemplo. Tú eres abogada. ¿Cuál es tu mirada en estos conflictos que tienen que ver con la justicia formal?
Creo en el derecho a la justicia. Me parece que cada mujer que ha sufrido violencia sexual tiene derecho a un juicio, a la sentencia de un tribunal, a una reparación y a que el Estado se comprometa a crear condiciones para la no repetición de semejantes aberraciones. Además, la violencia sexual en tiempos del conflicto interno y las esterilizaciones forzadas durante el gobierno de Fujimori, contienen un factor discriminatorio, en contra de las poblaciones indígenas y de personas afectadas por la pobreza.
En el Perú el Estado es aún insensible a los principales temas para la autodeterminación de la mujer. ¿Cómo incidir? ¿Cómo construir liderazgo?
Me parece que en el Perú hay una élite política autoritaria con ideas retrógradas, al mismo tiempo que un movimiento de resistencia en plena expansión, con mucha creatividad para ganar la calle. Hay que usar lenguaje sencillo y directo para exigir los derechos y sobre todo, escuchar a muchas mujeres. Sólo cuando se tengan bases fuertes, aparecerán las que serán elegidas.
Cada vez es más amplia la base de mujeres jóvenes que se asumen como feministas y que se organizan para manifestarse. ¿Te encuentras optimista?
Totalmente optimista. Confío plenamente en la generación de mujeres jóvenes que han tomado las riendas de sus vidas y de las reivindicaciones feministas contemporáneas. Llegarán mucho más lejos que nosotras y abrirán el paso a nuevas generaciones de mujeres. Tienen ganado más espacio social, están mejor educadas. Han aprendido mucho. Tienen acceso a la información a nivel planetario y han vencido el miedo a ser osadas en sus opciones personales.